Nunca trabajes solo a comisión

 

En un mercado en donde la estabilidad laboral puede desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, muchos profesionales de primer nivel experimentan una transición abrupta al ser despedidos o al concluir su carrera en corporaciones que alguna vez les brindaron un sustento seguro.

Esta situación es especialmente desafiante para personas mayores de 40 que, no solo se deben reinventarse profesionalmente, sino que también deben generar un flujo de ingresos desde cero (en un formato diferente a un salario) tras décadas de estar acostumbradas a cobrar un sueldo fijo todos los meses.

En este contexto, en el que aún no tenemos ingresos, aceptar ofertas para trabajar a comisión puede parecer tentador. Sin embargo, esta opción ESCONDE MUCHAS TRAMPAS, y en la gran mayoría de los casos esta práctica terminará muy mal (para ti).

 

 

La ilusión de generar ingresos rápidamente a través de comisiones se desvanece al enfrentar la realidad de los ciclos largos de ventas y la complejidad de introducir nuevos productos o servicios en el mercado. Trabajar duro por un año o más, invirtiendo mucho tiempo, presentando contactos y proporcionando consultoría sin costo, para al final no lograr ventas, no solo da como resultado la ausencia de los ingresos esperados, sino también la posibilidad de que la empresa nos traicione (y que en un futuro termine cerrando deals con nuestros contactos, sin reconocernos la comisión). Existen, y seguirán existiendo, infinidad de casos que reflejan esto.

Es por eso que el consejo que siempre doy es claro y contundente: NUNCA TRABAJES SOLO POR COMISIÓN, especialmente en proyectos complejos que implican un largo ciclo de ventas y una inversión significativa de tiempo y conocimiento.

En lugar de aceptar solo una comisión, lo que debes hacer es negociar una tarifa mensual fija (llamémosla, fee o retainer) que reconozca el valor del tiempo, el esfuerzo y la experiencia invertidos desde el inicio, independientemente de los resultados de venta.

Este retainer, que por ejemplo podría ser de unos 5,000 USD mensuales (o lo que sea que te parezca razonable), asegura una compensación por el simple hecho de levantar el teléfono, participar en reuniones por Zoom, hacer introducciones y recomendar adaptaciones de productos para el mercado local.

 

Esta estrategia no solo garantiza un ingreso estable, sino que también filtra a aquellos empresarios oportunistas que buscan aprovecharse de la situación vulnerable de todos aquellos profesionales que acaban de salir de la corporación y están buscando qué hacer de sus vidas.

 

Al exigir un mínimo mensual o anual por los servicios prestados, estableces una barrera de protección contra prácticas injustas y te aseguras entablar relaciones de trabajo solamente con aquellos dispuestos a invertir en una colaboración equitativa y justa.

Recuerda que la transición profesional post-40, especialmente después de una carrera corporativa, demanda una estrategia cuidadosa para la generación de ingresos. Aceptar trabajar por comisión sin una base fija puede parecer tentador en momentos de incertidumbre financiera, pero te aseguro que esta termina siendo la puerta de entrada al infierno. Estarás trabajando gratis para otros, en un momento que necesitas cash-flow más que nunca. Y en mi trabajo como Executive Coach, conozco muchísimos casos de ex corporativos que cayeron en la trampa y sufrieron mucho esta situación. Y te puedo asegurar que NO querrás vivir esto.

De ahí que exigir un retainer mensual fijo (por fuera de la comisión) es la mejor manera de protegerte de tanto oportunista que anda dando vuelta por ahí. Y si no aceptan tus condiciones, no es tu problema. Ellos se lo pierden.

 

 

 

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